Por Colectiva Mujeres Errantes
Mujeres Errantes es una colectiva feminista compuesta por mujeres provenientes de distintos continentes (Latinoamérica y Europa) y disciplinas de las Artes, Humanidades y las Ciencias Sociales, que logran transgredir las fronteras para la creación de espacios productivos de saberes feministas en el contexto de la pandemia de forma virtual. Es así que trabajamos en la recuperación, visibilización y difusión de memorias de mujeres y disidencias por medio de talleres, utilizando una pedagogía popular feminista y algunas herramientas de expresión artística para la producción de conocimiento colectivo sobre historias de resistencias y rebeldías que han tensionado los discursos hegemónicos sobre la feminidad a lo largo de la historia de nuestros territorios durante el siglo XX.
Específicamente realizamos talleres para re-conocer experiencias y memorias en un periodo determinado de la historia de Chile. Junto con esto, la colectiva intenta fomentar la creación de expresiones artísticas que visibilicen y den forma a estas experiencias, de manera tal que con el tiempo genere y preserve un archivo de memorias de rebeldía de mujeres y disidencias para su uso público.
La diversidad que se encuentra en las integrantes de la colectiva en cuanto a proveniencias territoriales y disciplinares, junto a ciertas características en común de ser o haber sido migrantes, se vuelve central en el nombre que toma la colectiva, pues la palabra errante la relacionamos con errar. Las errancias se pueden pensar como un salto al vacío, así como un error –errar- pero también estos procesos se pueden leer como aprendizajes muy potentes. También las errancias pueden ser pensadas como una deriva, un cambio de lugar que pone en tensión nuestros territorios, el de origen y el de destino. En cualquiera de estas excepciones vemos que en las errancias hay rebeldía al permitirnos ese errar. Errar es parte del proceso donde lo esencial es acertar en aquello que no sabías que eras. Este errar en rebeldía se asocia a las experiencias de mujeres y disidencias que decidieron actuar distinto o ponerse en otro lugar, situaciones que constantemente se reflejan en los talleres que hemos realizado, en especial en el último que hicimos.
El taller fue realizado a través de las plataformas virtuales del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en junio de 2021, durante tres sesiones vía Zoom. Este tuvo como propósito, realizar un análisis histórico-teórico del discurso sobre la feminidad, difundido en la dictadura cívico militar chilena (1973-1989); para comprender su utilidad política y evaluar el impacto que tuvo sobre los cuerpos de las mujeres. Para ello y a la luz de la Teoría Feminista y de los Estudios de Género, analizamos una serie de fuentes y archivos disponibles en la muestra permanente del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, para comprender el origen de tales discursos, cómo operaron en el espacio privado y público, y de qué manera fueron difundidos.
Posteriormente y sobre la base de la metodología de la historia oral, analizamos las memorias individuales y colectivas, para visualizar cómo y de qué manera, las mujeres tensionaron tales discursos sobre la feminidad. Por medio de este ejercicio, quisimos comprender en qué medida nuestras historias corporales y afectivas forman parte de un contexto histórico-social más amplio y nos muestran nuevas huellas para reconstruir una genealogía de mujeres que disputa, tensiona y fractura la supremacía de los discursos hegemónicos sobre la feminidad de la dictadura Pinochetista.
Así pues, iniciamos nuestro taller reflexionando en torno a la siguiente pregunta: ¿Los discursos de poder penetran nuestros cuerpos? En ese marco, analizamos el discurso que instauró la dictadura sobre las mujeres y la ideologización de su feminidad a través de organizaciones como CEMA Chile, organización a cargo de la primera dama Lucía Hiriart. Ella era quien dirigía y se presentaba como un modelo a seguir; madre y dueña de casa abnegada. Una frase que refleja su postura es: “Tenemos que comprender la grandeza de las funciones del hogar y al mismo tiempo entender que la espiritualidad de esa misión está en el hecho de servir: en la humilde función de la cocina, de la mujer que muda los pañales al niño.” Esto deja en evidencia la importancia que se le asignaba al espacio privado.
En paralelo, iniciamos un trabajo colectivo de construcción de una genealogía de mujeres que nos permitiera tensionar los discursos hegemónicos de la feminidad de la dictadura. De esta manera y a partir de las memorias y testimonios que las y les participantes del taller pudieron recoger de las mujeres que forman, o formaron, parte de su comunidad más próxima; tejimos un diálogo colectivo que nos permitió visibilizar los puntos de comunicación entre las diversas historias de vida y memorias de mujeres. Estas memorias se hacían latentes en acciones de rebeldía frente a lo que las mujeres “NO deben hacer” y que muchas veces están basadas en labores o roles de género heredados que implican las labores del hogar, el cuidado de la familia o el estar siempre bien presentadas. Al replantear estos discursos hegemónicos en base a tomar una acción diferente, se produce un quiebre que permite la generación de otras experiencias. Por ejemplo: cultivar la intelectualidad, manifestarse en protestas o en organizaciones, decidir no postergar los estudios por la crianza, salir a trabajar para obtener independencia económica, separarse de sus parejas, disfrutar de salir por placer, disfrutar de su vida sexual, decidir no ser madre, etc. Estos temas también se entrecruzaban con el miedo que se generaba en un clima de dictadura con toques de queda, detenciones arbitrarias, torturas y violaciones a los DDHH en general. Así, pudimos observar que en este tejido de memorias, aparecía la existencia de una historia de resistencia y rebeldía de mujeres frente a los saberes y discursos que, en la dictadura, buscaron delimitar el modo ideal de ser una: «mujer». Desde este «modo de ser», se desdibujan formas de errar que devienen en rebeldía y finalmente en una búsqueda constante de nuevas formas de ser y de deconstruirse, de saltos al vacío y errores que son pura potencia de transformación frente a los discursos hegemónicos.
Lo que el taller nos reveló fueron las diferentes capas que encarna la experiencia individual de las mujeres en el Chile de la dictadura. Esto quiere decir que pese a una historia de aparente estabilidad y universalidad de la categoría de género, y por tanto de las experiencias, sentires y deseos de las “mujeres”; existen en la historia de nuestro país, una infinidad de historias de vida que no solo alteran los significados de la feminidad, sino que además, sientan las bases para avanzar en la deconstrucción de los discursos de poder sobre nuestros cuerpos.
Desde este lugar entonces, consideramos que por medio de un ejercicio colectivo de levantamiento de memorias y de producción de conocimiento sobre la historia de las mujeres en Chile, construimos una experiencia pedagógica que no solo movilizó la ideología político-sexual de la dictadura -tan arraigada en nuestra cultura-, sino que además nos permitió movilizar los significados de la feminidad que han incidido, histórica y culturalmente en la identidad de quienes participamos del taller. Con esto queremos decir que con el levantamiento y el movimiento de nuevas memorias, encontramos puntos de fuga que transforman el significado de las categorías de género que han delimitado nuestra identidad social y sexual desde la infancia.
Como colectiva sostenemos que la experiencia pedagógica desde una pedagogía popular es una herramienta política que nos permite re-pensar las relaciones de poder y construir vínculos horizontales a partir de las experiencias de vida de mujeres y disidencias sexuales. Así, nuestro trabajo pedagógico feminista, consiste en presentar problemas que emergen de la producción histórica y cultural del género y la sexualidad en determinados escenarios históricos; y entregar algunas claves teóricas y epistemológicas para la creación de nuevas preguntas y saberes colectivos. El propósito es explorar juntas nuestras experiencias individuales y producir un nuevo conocimiento que fracture los discursos hegemónicos sobre el cuerpo y la sexualidad.
De esta manera, la experiencia pedagógica se convierte en una experiencia política que quiebra la verticalidad y las relaciones de dominación que son propias de la educación tradicional, en tanto que los nuevos saberes que circulan, provienen desde las experiencias individuales y colectivas de las y les participantes del taller. Y todas ellas, disputan las narrativas históricas/hegemónicas de la heteronormatividad y de la supuesta naturaleza femenina que lleva a los cuerpos que nacen con vulva, a pensarse como mujeres-madres-esposas.
En esta misma línea, consideramos que la producción artística es una herramienta pedagógica que nos ha permitido explorar en la subjetividad de las participantes y materializarlas en una obra. Creemos que a través de las expresiones artísticas, accedemos a nuevos lenguajes corporales que visibilizan la existencia de otras narrativas sobre los cuerpos y de la feminidad.
Cuando estas obras individuales aparecen en el marco de una galería colectiva, podemos observar los puntos de encuentro que existen entre diversas experiencias y nos ayudan a visibilizar las memorias rebeldes, disidentes de los discursos hegemónicos de la feminidad de la dictadura cívico militar. Así, al observarlas, podemos volver a mirarnos y mirar nuestra propia historia de vida, nuestras errancias, para ver cuánto hay de mí y de mis mujeres en esas creaciones, que nos permiten seguir ampliando nuestra comprensión de lo que significa o ha significado ser una mujer en Chile. Pero también, para encontrar los caminos que ya fueron abiertos por otras mujeres -la mayoría anónimas-para transformar las relaciones de poder y de dominación entre hombres, mujeres y disidencias sexuales.
A continuación les presentamos las creaciones de las y les participantes de nuestro taller.
Trenzar Memorias, No. 2, Noviembre, 2021
*Vive y trabaja en Santiago de Chile. Estudió filosofía en la Universidad Arcis. Es máster en investigación en Arte y Creación de la Universidad Complutense de Madrid y doctoranda en Bellas Artes en la misma Universidad. Además es becaria Conicyt.
**Vive y trabaja en Madrid. Es profesora de Historia y Ciencias Sociales, Licenciada en Historia y Licenciada en Educación por la Universidad Arcis. Es magíster en Estudios de Género y Cultura en América Latina de la Universidad de Chile. Actualmente, es doctoranda en Estudios Interdisciplinares de Género en la Universidad Autónoma de Madrid.