Yo, abolicionista es un ejercicio de memoria activa con registros que fueron tomados durante más de nueve años de gira. Como artivista me resulta imprescindible abrir mis archivos personales para que las voces de las sobrevivientes del sistema prostituyente tomen el debate y sus luchas y resistencias formen parte de la construcción del relato de la época que vivimos.
Dice Elena Moncada en su libro Después la libertad “la prostitución es la negación de todas libertades y deseos de las personas prostituidas. Nuestros derechos no cuentan, no existen en la prostitución. Aceptar que es un trabajo sería legalizar la desigualdad, una desigualdad de género y una desigualdad económica, social, educativa. La prostitución nunca hizo ricas a las personas prostituidas, pero si al proxeneta, a los tratantes, a los cómplices de la trata y la explotación sexual. No a nosotras, que llevamos en nuestros cuerpos y en nuestras emociones lo que la prostitución ha significado en nuestras vidas”. Elena escribió dos libros, tiene una organización y no deja de recorrer las esquinas ni de exigir políticas públicas. Su voz ha cobrado peso en la construcción de un discurso contra hegemónico. Su hija menor, Érica Chacón, engranaje fundamental en las giras con la obra, es psicóloga social y se está constituyendo en cuadro fundamental de las voces jóvenes por los derechos humanos.
“Fui depositaria de grandes sumas de dinero para el poder capitalista. Más de una vez me pregunté si quería seguir viviendo. Tratantes, explotadores, rufianes, los que trasladan, y el sistema corrupto, la policía, gendarmes, políticos. Las captan, las trasladan, ya están vendidas. Les cambian el documento, les hacen un nuevo pasaporte y las borraron del circuito como por arte de magia. Las familias hacen la denuncia, pero la justicia llega tarde y las chicas ya están en otro país. Y las mujeres en medio de esta situación de vulnerabilidad naturalizaron tanto la prostitución que dejaron de resistirse a esa realidad” afirma Martina Soriano en su libro (próximo a editarse) No quiero más esto.
Algunas voces seguirán sonando desde el documental como una huella para las futuras generaciones. Rosa, que siempre soñó con ver crecer a su nieta lejos del sistema que se llevó a todas las mujeres de la familia, escuchará a su abuela como la mujer que finalmente puso en palabras la explotación a la que fueron sometidas hasta su madre, quien aún intenta cortar las cadenas que cada tanto la arrastran a la esquina para poner comida sobre la mesa.
Desde una pantalla, una charla, un taller o un libro, seguiremos caminando para que sus voces no se apaguen, que su experiencia de vida entre en la academia como fuente de conocimiento válida porque el cuerpo como territorio de experiencias es material vivo. Porque la memoria es trenzar un tejido constante que se nutre de todas las voces para no olvidar.
Una actriz encarna a un personaje que es vendido a una red de trata. A través de los viajes y las funciones empieza a relacionarse con mujeres prostituidas y a documentar las reflexiones que se suceden durante las giras y los debates. El espectáculo y la vida real se mezclan y el vínculo entre las protagonistas se hace tan fuerte que una toma la voz de otra y la otra la multiplica y hace más fuerte.
Guión y Dirección: Mariel Rosciano
Edición: Lali Guidi – Ramiro Córdoba
Coloración: Ramiro Córdoba
Post de audio: Ramiro Córdoba
Gráfica: Lucas Giono
Tema músical: ¨Ejercicio¨ de Luciana Mocchi
Reparto: Elena Moncada – Maria Maximina Granados Londoño – Martina Soriano- Erica Chacón- María Rosa Correa – Ana Aranda – Argentina Ascona – Bety Chiconi – Liliana Hendel – Fabiana Tuñez – Silvia Kurlat – Alicia Gutierrez
Trenzar Memorias, No. 2, Noviembre, 2021