Proceso de obra: Retazos de memoria en la Trilogía del Horror de Teatro El Padre

 Eduardo Vega Pino

Durante el año 2017 con Teatro El Padre gestamos el inicio de un proceso teatral llamado #8800 Jardín del Edén, obra que dio inicio a lo que denominamos Trilogía del horror. La temática de este primer capítulo se nos presentó como un pretexto para investigar y aprender sobre temas relacionados con la memoria histórica de Chile.

Nuestra investigación se centró en el cuartel Simón Bolívar, centro de tortura y exterminio que funcionó durante la dictadura cívico militar en el país, que se ubicaba en la comuna de La Reina, específicamente en la calle Simón Bolívar #8800. Actualmente, este lugar es un condominio que alberga varias viviendas, y que, como muchos espacios de memoria en Chile, no pudo ser recuperado. En ese cuartel trabajó Jorgelino Vergara, alias “El Mocito”, personaje retratado por el periodista Javier Rebolledo en su libro La danza de los cuervos, y que también aparece en la película El mocito, la historia del mozo de la Dina de Marcela Said y Jean de Certeau. Documentos que nos sirvieron para la construcción de la dramaturgia. 

La obra teatral es un relato en primera persona de un hombre de memoria intachable que dijo ser testigo de diferentes sucesos; primero, en la casa de Manuel Contreras, en la que trabajó como mozo, y luego desempeñando diversas labores en el cuartel Simón Bolívar. A falta de oportunidades en su tierra natal, fue enviado rumbo a Santiago para ganarse la vida. Las oportunidades de trabajar con personas relacionadas al mundo político lo harían tener otras alternativas en su vida, pero poco a poco se vio involucrado en el periodo más oscuro de la historia de Chile. Sin embargo, su testimonio serviría para dar a conocer distintos hechos ocurridos al interior del cuartel y abrir uno de los casos judiciales más grande de la historia de Chile. 

La información entregada en el libro de Javier Rebolledo fue fundamental para la construcción de la dramaturgia. En el caso de la puesta en escena abordamos fragmentos de la vida de Jorgelino Vergara, quien va recordando su paso por el cuartel Simón Bolívar, las promesas de entrar a las Fuerzas Armadas y la relación con su tierra natal. Además, se abarca su vínculo con Dios y su vida de ermitaño una vez que dejó de trabajar para la DINA.  Jorgelino, entonces, se presenta como un individuo utilizado por el sistema, al mismo tiempo que hace uso de él. Por lo tanto, se trataba de alguien que entendía el macabro juego que llevaban a cabo junto a los agentes a quienes él tanto admiraba. 

Fotografía “#8800 JDE”. Estreno Sala La Vitrina, junio de 2017.  
Foto de Lorenzo Mella de Fototeatro.
Afiche “#8800 JDE”. Estreno Sala La Vitrina, junio de 2017.

Para la construcción de nuestra segunda obra nos interesó investigar sobre el cuartel “La Venda Sexy”, más conocido como “La Discoteque”, en donde la ex mayor de Carabineros Ingrid Olderock, el 15 de Julio de 1981 sufre un “atentado” como destacarían los diarios de la época. Ingrid estuvo encargada de reclutar a mujeres, a quienes entrenó en Las Rocas de Santo Domingo en uso de armas, contrainteligencia, trabajo operativo, seguimientos, enfermería, modales,§ entre otros. Una vez recibido el entrenamiento sólo las mejores pasaban el curso y lograban infiltrarse en los altos mandos de las Fuerzas Armadas. La estrategia utilizada era clara, las mujeres se transformaban en un arma de inteligencia en donde estaban dispuestas a todo con tal de conseguir información. 

En el cuartel “La Venda Sexy” había un perro entrenado para vejar sexualmente a las detenidas. El perro se llamaba Volodia, un pastor alemán que estaba al cuidado de Ingrid.

Escenas de la obra “La Mujer de los Perros”. Centro Cultural Perrera Arte, 2018.
Registro de Lorenzo Mella, Fototeatro.

La obra fue estrenada en el mes de julio del año 2018 en el Centro Experimental Perrera Arte, adaptación del libro escrito por la periodista Nancy Guzmán Ingrid Olderock, La mujer de los perros. En la pieza teatral se utilizaron noticias de diarios de la época que revelaban información sobre el atentado que sufrió Ingrid. Además, de su intachable desempeño en la institución de Carabineros. 

El mencionado atentado que sufrió Ingrid, se le atribuyó el comando Lumi Videla, pero la orden de que éste se llevara a cabo nunca quedó del todo clara. Tras éste, ella queda con una bala alojada en el cráneo, asegurando que la institución a la que pertenecía dio la orden de que se le mandara a matar.

En la obra teatral La Mujer de los Perros se presentan diferentes episodios de la vida de Ingrid Olderock, desde su infancia, su formación en la institución de carabineros, su paso por el cuartel “La Venda Sexy” y el atentado sufrido. El punto de inicio de la obra es el mismo día del atentado, y desde ahí es trasladada a un hospital en el cual dos enfermeras la cuidan día y noche para vigilar su estado. Es en este contexto en el cual el personaje de Ingrid inicia un viaje delirante sobre momentos de su infancia, el paso por las Rocas de Santo Domingo y su intachable desempeño en la institución.

Al igual que en la primera obra, el procedimiento para llevar a cabo la construcción fue la elección de un personaje principal involucrado directamente en la violación sistemática de los Derechos Humanos. En la pieza vemos al personaje de Ingrid siempre perturbado, señalando sufrir amnesia y no queriendo reconocer todo lo sucedido en el cuartel, enunciando tener total inocencia de lo que se le acusa. Es importante señalar que Ingrid Olderock nunca fue llevada a juicio, por lo tanto, en esta obra, desde la ficción documental, el rol de las enfermeras que la cuidan la interpelan constantemente invitándola a recordar y reconocer los actos de los cuales fue parte. Acciones que se ven acompañadas de recortes y guiños periodísticos que complementan el relato.

En esta segunda parte de la Trilogía del Horror, tomamos más conciencia del estilo que estábamos explorando, relacionado al teatro documental. Utilizamos archivos y testimonios de otros personajes de la época, que van siendo expuestos como retazos de una historia que tuvo a muchas más partes involucradas. Estos recursos visuales, los cuales han sido expuestos a un tratamiento estético permiten abrir nuevas lecturas, graficar y exponer a quienes se quiere denunciar, así como también dar a conocer los nombres tanto de las víctimas como de los victimarios. De esta manera se va revelando un contexto al cual nos parece necesario acercarnos.  Muchos espectadores desconocen esta parte de la memoria del país, por eso nos pareció importante señalar en las obras, que los hechos expuestos en las escenas parten desde un punto de realidad, que intentan ser datos bastantes explícitos sobre las historias. Esto permite, desde la creación artística, ser un espacio de denuncia y visibilización de hechos que marcaron la historia del país.  

Realizar estas dos obras ha permitido mirar muestro pasado, educarnos y tomar conciencia respecto a hechos de nuestra historia que siguen bastante presentes, en el cual en muchos de estos casos hay temas judiciales que aún están abiertos, pues aún hay personas desaparecidas, y otros en total impunidad. Por lo mismo, el poder circular con estas dos piezas, en diferentes espacios, ha generado en la gente la curiosidad por saber más sobre esta parte de la historia que no se nos enseña en las escuelas y que muchos quisieran olvidar con políticas reconciliadoras. 

Las reflexiones que surgen de las historias que se exponen en ambas obras pertenecen al presente en el cual nos encontramos insertos, y éste presente aún tiene deudas con esos retazos de memoria que llegan a nosotros. Cuando me refiero a retazos, quiero decir que la historia tiene diferentes versiones y éstas llegan a nosotros a través de diferentes fuentes: la historia oficial, documentos de la época, testimonios, informes sobre los hechos acontecidos, etc. Nelly Richard en la introducción de su libro Crítica de la memoria (1990-2010), expone un aspecto que se vuelve fundamental en el trabajo con la memoria y es el cómo esta resuena adquiriendo una fuerza crítica de extrañamiento. En estas dos entregas de la Trilogía del Horror hemos tomado hechos del pasado, sometiendo el material a un ejercicio de ficción-documental para luego ver qué es lo que ocurre. En otras palabras: 

“Es porque el pasado es inconcluso que el trabajo residual de la memoria se mueve de escena en escena, a la búsqueda retrospectiva de aquellas intermitencias que aún contienen energías latentes. Las combinaciones diacrónicas de temporalidades históricas y sociales que parecían muertas llevan a que se asome nuevamente -como retardamiento o aceleración- lo que no había sido aun modulado por las circunstancias y que las premuras del hoy reubican fuera de lugar y tiempo para que la rareza de estos des-tiempos tenga la oportunidad de convertirse en una fuerza crítica de extrañamiento”.§

Considerando lo dicho por Richard, es posible reafirmar lo que ha ocurrido en ambas obras, instalar nuevas reflexiones de la historia y cómo éstas hoy bajo el contexto del estallido social del 2019, tiempo en que tuvimos funciones de ambas obras, el discurso y la temática de éstas siguen más latentes que nunca, y las imágenes y discursos expuestos siguen operando en la misma lógica, justamente porque el pasado es inconcluso.

Una de las posibilidades que permite el teatro es purgar y dar a conocer, en este caso, partes inconclusas de la historia, aquellas donde quizás nunca habrá una solución a los conflictos. El espacio teatral permite desarrollar nuevas reflexiones y preguntas en las personas que asisten a él, permitiendo impulsar nuevas lecturas del estado actual por medio del ejercicio de la memoria. Además, en ambas obras el relato está centrado en los torturadores y quienes fueron sus cómplices. Quizás, de alguna manera intentamos entender cuál es el origen del mal y exponer la ideología que defendían para justificar sus acciones; discursos que peligrosamente siguen presentes hoy, de ahí la importancia de este tipo de teatro. 

No es de extrañar que exista una necesidad por parte de algunas compañías teatrales por trabajar con estos retazos inconclusos de la historia. Por ejemplo, en paralelo al estreno de La mujer de los Perros se presentó la obra Irán #3037, violencia político sexual en dictadura (2019) dirigida por Patricia Artés, que también toma como punto de partida al ex centro de tortura La Venda Sexy. Otro ejemplo es la obra escrita y dirigida por Guillermo Alfaro Yo amo a los perros (2019) que se centra en la figura de Ingrid Olderock. Ambas obras al igual que La mujer de los perros toman como relato principal lo sucedido dentro de “La venda sexy”.

Actualmente, nos encontramos desarrollando la investigación de la tercera parte de nuestra trilogía sobre el químico de la DINA,§ Eugenio Berríos, quien estaba a cargo de elaborar armas químicas como el gas sarín. 

Ficha artística “#8800 Jardín del Edén

Dramaturgia:Eduardo Vega y Jean Rubilar
Dirección:Teatro El Padre
Elenco:Cecilia Aguirre y Eduardo Vega
Diseño Integral:Julio Chávez
Diseño Sonoro:Génesis Victoria
SonidistaAndrea López
Diseño GráficoNatalia Muñoz
Diseño de videoJosé Mañodes
Diseño de iluminaciónStarista Jacobsen
Producción:Cecilia Aguirre
Dramaturgia inspirada en el libro «La danza de los cuervos, el destino final de los detenidos desaparecidos» de Javier Rebolledo.


Ficha Artística La mujer de los perros

Elenco:Cecilia Aguirre, Silvana Troncoso, Paula Jiménez, Karla Guettner
Dramaturgia y dirección:Eduardo Vega Pino
Diseño integral: Julio Chávez
Diseño sonoro:Génesis Victoria
Sonidista:Andrea López
Diseño de video:José Mañodes
Producción:Cecilia Aguirre

Trenzar Memorias, No. 1, Marzo, 2021.

 Eduardo Vega Pino
Eduardo Vega Pino
Es actor, profesor y director de teatro de U. ARCIS. Diplomado en Estética y Filosofía de la UC, Diplomado en Dramaterapia de la Universidad de Chile. Desde el 2012 a la fecha forma parte de la Compañía de Teatro El Padre. Actualmente, se encuentra ad portas de cursar la Maestría en Dramaturgia en la Universidad Nacional de las Artes, Buenos Aires.